11/3/11

A él - Gertrudis Gómez de Avellaneda


Gertrudis Gómez de Avellaneda (Cuba, 1814 - 1873)


A Él

No existe lazo ya: todo está roto:
plúgole al cielo así: ¡bendito sea!
Amargo cáliz con placer agoto:
mi alma reposa al fin: nada desea.

Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos:
¡nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
trague el olvido: el corazón respire.

Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano.

De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras.

Quísolo Dios y fue: ¡gloria a su nombre!
Todo se terminó, recobro aliento:
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
ni amor ni miedo al contemplarte siento.

Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay!, cuán triste libertad respiro...
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada
y en honda y vasta soledad me miro.

¡Vive dichoso tú! Si en algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno.

13/2/11

Penúltima o Segunda - TODO

Esta será probablemente una de las últimas entradas de este blog. Quizá será la última de esta primera etapa, o quizá será la definitiva. Muchísimas cosas han cambiado desde que se inició el blog. Tanto el fin último de éste como las personas. Empezó siendo un proyecto compartido de dos amigos lejanos a quién les unía la pasión por la literatura y ha terminado como un diario de emociones a través de textos escogidos. Es un blog por el que pasan cientos de personas cada mes, pero de las que no está claro que muchas repitan. Orgulloso de que sea una de las primeras referencias en los buscadores para entradas tan importantes como Los miserables, Le lac de Lamartine, Viceversa de Benedetti o muchos otros; no deja de ser un blog de paso para saciar la sed de encontrar rápidamente una traducción o una versión original de un texto. Pocas personas lo siguen como referencia para hallar textos con los que inspirarse.

Lo que parece claro es que, en caso de encontrar nuevas motivaciones, estas se plasmarán en una nueva dirección en la que poder recuperar el anonimato que permite escribir libremente, sin limitaciones ni mensajes cifrados.


No me queda más que hacer un todo de estos textos, que siempre irán conmigo, con blog o sin él.
Un todo, en orden cronológico. Con las palabras más significativas. Para hacer un lectura algo menos caótica no se añaden los autores, podréis encontrarlos en las entradas de este blog en cuarentena.

Disfrutadlo los que podáis. Otros lo sufriremos:



TODO (29/01/09 - 13/02/11):




Con toda la ilusión del mundo: ¡Buena lectura y disfrutad! Christian

Comprendía entonces que mi angustía no era debida a las cosas que hacía, sino más profundamente, al mero hecho de vivir, que no era ni malo ni bueno, sino sólo doloroso e insensato.

[...] pero la conclusión a la que llegaron fue que el país más hermoso del mundo era Francia, con su clima templado, fresco en verano y suave en invierno, con su feraz campiña, sus bosques, sus anchurosos ríos apacibles, y aquella veneración por las bellas artes que no se había dado en lugar alguno desde los espléndidos siglos de Atenas. Callaron luego. "

Pero esa ventana no se encuentra o yo no sé hallarla.
Y quizás mejor sea así.
Quizás esa luz fuese para mi otra tortura.
Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría.

La clave de muchas separaciones a menudo inexplicables se encuentra precisamente en que aún permanece vivo el recuerdo de unos sentimientos casi perfectos.

deja en el aire un mórbido perfume
de amor difunto en punzante recuerdo,

sin esperar a que me llamen
con temblor en las piernas

Ahora vas a morir. No pasa nada. Estoy ahí. No voy a abandonarte. Sigue leyendo.

Tú, Harry, has sido un artista y un pensador, un hombre lleno de alegría y de fe, siempre tras la huella de lo grande y de lo eterno, nunca satisfecho con lo bonito y lo minúsculo.

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte

Así pues, durante dos semanas habrá en Madrid un oasis de cultura.

Te entiendes y me entiendo, porque al pasar la página
vuelves mis versos del revés, reversos
tuyos.

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde

Pues la ciudad es siempre la misma.
Otra no busques -no la hay- ni caminos ni barcos para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

Y el rey llora su pena
no bebió más sobre el mundo.

Franceses, os lo repito, Europa espera que vosotros la libréis del cetro y del incesario al mismo tiempo.

Que aunque el gusto nunca más
vuelve a ser el mismo,
en la vida los olvidos
no suelen durar.

Adoro esta región, y me gusta vivir aquí porque he echado raíces aquí.

Son los poetas, los filósofos, los hombres de ciencia; en una palabra, los hombres auténticos, los hombres que se han realizado, y con los que la Humanidad entera logra una parcial realización.

No espero a nadie
a nadie
ni siquiera a un recuerdo.

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.

deambula sin rumbo por la calle,
como aturdido aún por el placer prohibido,
por el placer enteramente ilícito que acaba de hacer suyo.

No me enamoro de la nada.

Juzgo pues, que el sentido de la vida es la más apremiante de las cuestiones.

y hoy todavía para mí ya no hay mañana
sino por la violencia con que espero
por mi bien o mi mal volver a verte

Los ojos me dolían de esperar.
Pasaste.

si no te consideras afortunado porque las cosas que entonces parecían felices han desaparecido, tampoco has de sentirte desgraciado, pues las mismas cosas que ahora parecen penas insoportables desaparecerán también.

Schopenhauer escribió en alguna parte que uno se acuerda de su propia vida un poco más que de una novela que haya leido. Sí, eso es: solamente un poco más.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Oui , tout passe , même l'hiver ,
Je le sais par mon petit doigt
Que je garde toujours en l'air ...

Por qué me preguntan las olas
lo mismo que yo les pregunto?
Y por qué golpean la roca
con tanto entusiasmo perdido?
No se cansan de repetir
su declaración a la arena?

jamás encontrarás los límites del alma, tan grande es su medida.

Y he bebido un vino fuerte
Como beben aquellos
Que se entregan valerosamente al placer.

Este padre ni siquiera es una sombra, tampoco una mirada: hemos pasado algún tiempo en la misma tierra, eso es todo.

Vuestro Lucien lleva dentro la poesía pero no es poeta; sueña, pero no piensa; se exalta, pero no crea

No me conformo, no; ya es tanto y tanto
idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.

Entre tanto, y gracias a su agradable rostro y a sus modales seductores, disfrutaba de algún amor pasajero, pero siempre esperando algo más y mejor.

¿Y qué? ¿No podremos jamás conservar ni su huella?
¿Para siempre pasados? ¿Por completo perdidos?

Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
donde por poco, mi corazón no se asusta.

Universo del pensamiento puro:
un espacio que fluye como un río
y un tiempo sin presente, opaco y frío.
El tiempo de la espera y del olvido.

Le lézard de l'amour
S'est enfui encore une fois

Je suis prête à montrer mon
affection toute désintéressée et sans cal-
cul, et si vous voulez me voir ainsi
vous dévoiler, sans artifice, mon âme
toute nue, daignez me faire visite,

Y ojalá que alguien, sin advertirlo, caminara sobre mis huesos reduciéndolos a polvo blanco. En estos pensamientos voluptuosos y tristes me dormí por fin.

Vive, vive Nice la Belle

Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos sin formular, que de realidades y de fuerzas vivas. Y entonces mis sentidos se nublan y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño.

La hora del despertar es la más terrible para los desafortunados;

En todo caso, a cualquier observador imparcial, le resulta evidente que el individuo humano no puede ser feliz, que no ha sido concebido en absoluto para la felicidad, y que su único destino posible es propagar la desgracia a su alrededor, haciendo que la vida de los demás sea tan intolerable como la suya propia.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

Nada me interesa ya. ¡Levántate para brindarme vino!

Simplemente quiero significar que a veces, cuando el peso de la vida se hace demasiado abrumador en esta Europa colmada de su desgracia, me vuelvo hacia esos países resplandecientes donde existen aún tantas fuerzas intactas

No pudimos ser. La tierra
no pudo tanto. No somos
cuanto se propuso el sol
en un anhelo remoto.

Cada ciudad puede ser otra...

Ya había probado a fondo la soledad. Pero ahora presentía una soledad aún más profunda, y la presentía inevitable.

Piensa, pues, que el hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar al hombre.

Para volver a ser joven no tiene uno más que repetir sus locuras.

l'enfance décide

Ma naissance n'apporta pas le moindre profit à l'univers.

Yo, pecador, en fin, desesperado
de sombras y de sueños: me confieso
que soy un hombre en situación de hablaros
de la vida. Pequé. No me arrepiento.

¿De qué parte estaba? De parte de la humanidad. En la humanidad escogía a Francia; en la nación escogía al pueblo; en el pueblo escogía a la mujer.

Cayó en una negra tristeza. Era el fin. El trabajo le repugnaba, el paseo le fatigaba, la soledad le aburría; [...] "¿Por qué la he seguido? ¡Era tan feliz sólo con verla! Me miraba; ¿es que eso no es inmenso? Parecía que me amaba. ¿No era esto lo que podía yo desear? He querido algo más, ¿qué? Nada hay después de todo esto.

Nada en el horizonte. Nada en el cielo.

Implora al espacio, a la ola, a las algas, al escollo; todo ensordece. Suplica a la tempestad; la tempestad, imperturbable, no obedece más que al infinito.

Recuerdo. Alzó la frente. Un viento frío
le azotó el alma.

¡El Rey de los Elfos me ha herido!"

Aire libre


¿Continuará?


12/2/11

Aire Libre - Blas de Otero


Blas de Otero 
(Bilbao, 1916 - Madrid, 1979)


Aire libre

Si algo me gusta, es vivir.
Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles...

También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.

Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.


Imagen de Català-Roca
Galería de Arte Tiempos Modernos (Madrid)
Fuente: http://fotopaco.blogspot.com

3/2/11

Erlkönig: El rei dels verns - Goethe


Johann Wolfgang von Goethe
(Deutschland, 1749 - 1832)

Texte en Català, Français, Italiano y Español

Català
El Rei dels Verns

Qui cavalca en el vent, tard de la nit?
És el pare, al galop, amb el petit;
en braços l'agombola contra el cor,
per guardar-lo del fred l'estreny ben fort.

Per què t'amagues, fill, com espantat?
Pare, pare, no el veus, aquí, al costat,
el Rei dels Verns, amb corona i mantell?
És la boira, fill meu, que fa castell.

"Vine, bonic, no tinguis por de mi!
Sabem uns jocs encisadors, aquí;
a la riba les flors s'obren roents,
la mare té unes robes refulgents."

Pare, pare, de veres no sents res?
No saps, el Rei dels Verns, què m'ha promès?
Arrossega, fill meu, tant frenesí:
és el vent, que les fulles fa estremir.

"No vols acompanyar-me, dolç infant?
Les meves filles et festejaran;
elles, que a la nit menen balls rodons,
et bressaran amb danses i cançons."

Pare meu, pare meu, ¿no les veus, no,
les seves filles entre la foscor?
Fill meu, fill meu, ben clarament ho veig:
són uns salzes grisencs que mou l'oreig.

"T'estimo, la teva mirada em té embruixat;
vindràs per força, si no vols de grat."
Pare, pare, m'agafa, ja em té pres!
El Rei dels Verns m'ha fet un mal encès!

El pare, esgarrifat, va cavalcant
Als braços, li gemega el pobre infant
i fins que arriba a casa fa el cor fort:
entre els seus braços, l'infant era mort."


Français


Le roi des aulnes

Quel est ce chevalier qui file si tard dans la nuit et le vent ?
C'est le père avec son enfant ;
Il serre le petit garçon dans son bras,
Il le serre bien , il lui tient chaud.

« Mon fils, pourquoi caches-tu avec tant d'effroi ton visage ?
— Père, ne vois-tu pas le Roi des Aulnes ?
Le Roi des Aulnes avec sa traîne et sa couronne ?
— Mon fils, c'est un banc de brouillard.

— Cher enfant, viens, pars avec moi !
Je jouerai à de très beaux jeux avec toi,
Il y a de nombreuses fleurs de toutes les couleurs sur le rivage,
Et ma mère possède de nombreux habits d'or.

— Mon père, mon père, et n'entends-tu pas,
Ce que le Roi des Aulnes me promet à voix basse ?
— Sois calme, reste calme, mon enfant !
C'est le vent qui murmure dans les feuilles mortes.

— Veux-tu, gentil garçon, venir avec moi ?
Mes filles s'occuperont bien de toi
Mes filles mèneront la ronde toute la nuit,
Elles te berceront de leurs chants et de leurs danses.

— Mon père, mon père, et ne vois-tu pas là-bas
Les filles du Roi des Aulnes dans ce lieu sombre ?
— Mon fils, mon fils, je vois bien :
Ce sont les vieux saules qui paraissent si gris.

— Je t'aime, ton joli visage me charme,
Et si tu ne veux pas, j'utiliserai la force.
— Mon père, mon père, maintenant il m'empoigne !
Le Roi des Aulnes m'a fait mal ! »

Le père frissonne d'horreur, il galope à vive allure,
Il tient dans ses bras l'enfant gémissant,
Il arrive à grand-peine à son port ;
Dans ses bras l'enfant était mort.


Italiano


Le re degli elfi

Chi cavalca così tardi per la notte e il vento?
È il padre con il suo figlioletto;
se l'è stretto forte in braccio,
lo regge sicuro, lo tiene al caldo.

«Figlio, perché hai paura e il volto ti celi?»
«Non vedi, padre, il re degli Elfi?
Il re degli Elfi con la corona e lo strascico?»
«Figlio, è una lingua di nebbia, nient'altro.»

«Caro bambino, su, vieni con me!
Vedrai i bei giochi che farò con te;
tanti fiori ha la riva, di vari colori,
mia madre ha tante vesti d'oro».

«Padre mio, padre mio, la promessa non senti,
che mi sussurra il re degli Elfi?»
«Stai buono, stai buono, è il vento, bambino mio,
tra le foglie secche, con il suo fruscio.»

«Bel fanciullo, vuoi venire con me?
Le mie figlie avranno cura di te.
Le mie figlie di notte guidano la danza
ti cullano, ballano, ti cantano la ninna-nanna».

«Padre mio, padre mio, in quel luogo tetro non vedi
laggiù le figlie del re degli Elfi?»
«Figlio mio, figlio mio, ogni cosa distinguo;
i vecchi salci hanno un chiarore grigio.»

«Ti amo, mi attrae la tua bella persona,
e se tu non vuoi, ricorro alla forza».
«Padre mio, padre mio, mi afferra in questo istante!
Il re degli Elfi mi ha fatto del male!»

Preso da orrore il padre veloce cavalca,
il bimbo che geme, stringe fra le sue braccia,
raggiunge il palazzo con stento e con sforzo,
nelle sue braccia il bambino era morto


Español
El rey de los elfos

¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Es un padre con su hijo.
Tiene al pequeño en su brazo
Lo lleva seguro en su tibio regazo.

"Hijo mío ¿Por qué escondes tu rostro asustado?"
"¿No ves padre al Rey de los Elfos ?
¿El Rey de los Elfos con corona y manto?"
"Hijo mío es el rastro de la neblina."

"¡Dulce niño ven conmigo!
Jugaré maravillosos juegos contigo;
Muchas encantadoras flores están en la orilla,
Mi madre tiene muchas prendas doradas."

"Padre mío, padre mio ¿no oyes
Lo que el Rey de los Elfos me promete?"
"Calma, mantén la calma hijo mío;
El viento mueve las hojas secas. "

"¿No vienes conmigo buen niño?
Mis hijas te atenderán bien;
Mis hijas hacen su danza nocturna,
Y ellas te arrullarán y bailarán para que duermas."

"Padre mío, padre mío ¿no ves acaso ahí,
A las hijas del Rey de los Elfos en ese lugar oscuro?"
"Hijo mío, hijo mío, claro que lo veo:
Son los árboles de sauce grises."

"Te amo; me encanta tu hermosa figura;
Y si no haces caso usaré la fuerza."
"¡Padre mío, padre mío, ahora me toca!
¡El Rey de los Elfos me ha herido!"

El padre tiembla y cabalga mas aprisa,
Lleva al niño que gime en sus brazos,
Llega a la alquería con dificultad y urgencia;
En sus brazos el niño estaba muerto.

24/1/11

Relato - Blas de Otero


Blas de Otero 
(Bilbao, 1916 - Madrid, 1979)


Relato

Recuerdo. No recuerdo. El viento. El mar.
Un hombre al borde del cantil. El viento.
El mar desamarrando olas horribles.
Un hombre al borde de un cantil. Recuerdo.
No recuerdo. Los brazos
alzados hacia un cielo ceniciento.
El viento. El golpe de las olas
contra las rocas.
Un hombre al borde
de la muerte.
El mar.
El cielo, mudo. Ceniciento. El cielo.
Recuerdo. Oigo las olas.
El viento. Entre las sienes. No recuerdo.
Un hombre
al borde de un cantil, gritando. Abriendo
y cerrando los brazos.
Un hombre ciego.
Recuerdo. Alzó la frente. Un viento frío
le azotó el alma. No recuerdo. Veo
el mar.
Nado por dentro.
Avanzo
hacia una luz, hacia una luz. No veo.
Escucho
un silencio de yelo.
y braceo, braceo hacia la luz,
y tropiezo,
y braceo, y emerjo bajo el sol
¡oh júbilo!, y avanzo... y no recuerdo
más. Esto es todo cuanto sé. Sabedlo.


Imagen: Oles trencant a l'illot del cargol
David Falgàs

18/1/11

Les misérables III - Victor Hugo




Victor Hugo 
(Besançon, 1802 - Paris, 1885)


Les misérables (1862)
Texte en Français  y Español

Français

Livre deuxième: "La chute"

VIII. L'onde et l'ombre


Un homme à la mer !

Qu’importe ! le navire ne s’arrête pas. Le vent souffle, ce sombre navire-là a une route qu’il est forcé de continuer. Il passe.

L’homme disparaît, puis reparaît, il plonge et remonte à la surface, il appelle, il tend les bras, on ne l’entend pas ; le navire, frissonnant sous l’ouragan, est tout à sa manœuvre, les matelots et les passagers ne voient même plus l’homme submergé ; sa misérable tête n’est qu’un point dans l’énormité des vagues.

Il jette des cris désespérés dans les profondeurs. Quel spectre que cette voile qui s’en va ! Il la regarde, il la regarde frénétiquement. Elle s’éloigne, elle blêmit, elle décroît. Il était là tout à l’heure, il était de l’équipage, il allait et venait sur le pont avec les autres, il avait sa part de respiration et de soleil, il était un vivant. Maintenant, que s’est-il donc passé ? Il a glissé, il est tombé, c’est fini.

Il est dans l’eau monstrueuse. Il n’a plus sous les pieds que de la fuite et de l’écroulement. Les flots déchirés et déchiquetés par le vent l’environnent hideusement, les roulis de l’abîme l’emportent, tous les haillons de l’eau s’agitent autour de sa tête, une populace de vagues crache sur lui, de confuses ouvertures le dévorent à demi ; chaque fois qu’il enfonce, il entrevoit des précipices pleins de nuit ; d’affreuses végétations inconnues le saisissent, lui nouent les pieds, le tirent à elles ; il sent qu’il devient abîme, il fait partie de l’écume, les flots se le jettent de l’un à l’autre, il boit l’amertume, l’océan lâche s’acharne à le noyer, l’énormité joue avec son agonie. Il semble que toute cette eau soit de la haine.

Il lutte pourtant.

Il essaie de se défendre, il essaie de se soutenir, il fait effort, il nage. Lui, cette pauvre force tout de suite épuisée, il combat l’inépuisable.

Où donc est le navire ? Là-bas. À peine visible dans les pâles ténèbres de l’horizon.

Les rafales soufflent ; toutes les écumes l’accablent. Il lève les yeux et ne voit que les lividités des nuages. Il assiste, agonisant, à l’immense démence de la mer. Il est supplicié par cette folie. Il entend des bruits étrangers à l’homme qui semblent venir d’au delà de la terre et d’on ne sait quel dehors effrayant.

Il y a des oiseaux dans les nuées, de même qu’il y a des anges au-dessus des détresses humaines, mais que peuvent-ils pour lui ? Cela vole, chante et plane, et lui, il râle.

Il se sent enseveli à la fois par ces deux infinis, l’océan et le ciel ; l’un est une tombe, l’autre est un linceul.

La nuit descend, voilà des heures qu’il nage, ses forces sont à bout ; ce navire, cette chose lointaine où il y avait des hommes, s’est effacé ; il est seul dans le formidable gouffre crépusculaire, il enfonce, il se roidit, il se tord, il sent au-dessous de lui les vagues monstres de l’invisible ; il appelle.

Il n’y a plus d’hommes. Où est Dieu ?

Il appelle. Quelqu’un ! quelqu’un ! Il appelle toujours.

Rien à l’horizon. Rien au ciel.

Il implore l’étendue, la vague, l’algue, l’écueil ; cela est sourd. Il supplie la tempête ; la tempête imperturbable n’obéit qu’à l’infini.

Autour de lui l’obscurité, la brume, la solitude, le tumulte orageux et inconscient, le plissement indéfini des eaux farouches. En lui l’horreur et la fatigue. Sous lui la chute. Pas de point d’appui. Il songe aux aventures ténébreuses du cadavre dans l’ombre illimitée. Le froid sans fond le paralyse. Ses mains se crispent et se ferment et prennent du néant. Vents, nuées, tourbillons, souffles, étoiles inutiles ! Que faire ? Le désespéré s’abandonne, qui est las prend le parti de mourir, il se laisse faire, il se laisse aller, il lâche prise, et le voilà qui roule à jamais dans les profondeurs lugubres de l’engloutissement.

Ô marche implacable des sociétés humaines ! Pertes d’hommes et d’âmes chemin faisant ! Océan où tombe tout ce que laisse tomber la loi ! Disparition sinistre du secours ! Ô mort morale !

La mer, c’est l’inexorable nuit sociale où la pénalité jette ses damnés. La mer, c’est l’immense misère.

L’âme, à vau-l’eau dans ce gouffre, peut devenir un cadavre. Qui la ressuscitera ? 



Español


Libro segundo: "La caída"
VIII. La ola y el mar


¡Un hombre al mar!

¡Qué importa! El navío no se detiene por esto. El viento sopla; la sombría nave tiene un camino trazado, que debe recorrer necesariamente. Y pasa.

El hombre desaparece, luego reaparece, se sumerge y sale de nuevo a la superficie, llama, extiende los brazos, no le oyen; el navío, estremeciéndose bajo el huracán, continúa sus maniobras, los marineros y los pasajeros no ven al hombre sumergido; su miserable cabeza no es más que un punto en la enormidad de las olas.

Lanza gritos desesperados en las profundidades. Esa vela que se aleja parece un espectro. La mira, la contempla frenéticamente. Pero la vela se aleja, decrece, desaparece. Allí estaba él hacía un momento, formaba parte de la tripulación, iba y venía sobre el puente con los demás, tenía su parte de respiración y de sol, era un ser vivo. Ahora, ¿qué ha sucedido? Resbaló, cayó. Todo ha terminado.

Se encuentra sumergido en la monstruosidad de las aguas. Bajo sus pies no hay más que olas que huyen y se desploman. Las olas, rotas y rasgadas por el viento, le rodean espantosamente; los vaivenes del abismo le arrastran; los harapos del agua se agitan alrededor de su cabeza; una turba de olas escupe sobre él; confusas cavernas amenazan devorarle; cada vez que se hunde entrevé precipicios llenos de oscuridad; terribles vegetaciones desconocidas le sujetan, le atan los pies, le atraen; siente que se convierte en abismo, que forma parte de la espuma, que las olas se lo lanzan de una a otra; bebe toda su amargura, el océano traidor se encarniza con él para ahogarle; la inmensidad juega con su agonía. Parece que toda el agua se haya convertido en odio.

Pero lucha sin embargo; trata de defenderse, trata de sostenerse, hace esfuerzos, nada. Él, pobre fuerza agotada ya, combate contra lo inagotable.

¿Dónde está el navío? Allá, a lo lejos. Apenas visible en las pálidas tinieblas del horizonte.

Las ráfagas soplan; las espumas le cubren. Levanta la mirada y no ve más que la lividez de las nubes. Asiste, agonizando, a la inmensa demencia del mar. La locura de las olas es su suplicio, Oye ruidos extraños al hombre, que parecen venir de más allá de la tierra; de un lugar desconocido y horrible.

Hay pájaros en las nubes, lo mismo que hay ángeles por encima de las miserias humanas; pero ¿qué pueden hacer por él? Ellos vuelan, cantan y se ciernen en los aires, y él agoniza.

Se siente sepultado entre dos infinitos, el océano y el cielo; uno es su tumbo, el otro es su mortaja.

La noche desciende; hace ya horas que nada; sus fuerzas se agotan; aquel navío, aquella cosa lejana donde había hombres, ha desaparecido. Se encuentra solo en el formidable antro crepuscular, se sumerge, se estira, se retuerce, siente debajo de sí los vagos monstruos de lo invisible; grita.

Ya no hay hombres. ¿Dónde está Dios?

Llama. ¡Alguien! ¡Alguien! Llama sin cesar.

Nada en el horizonte. Nada en el cielo.

Implora al espacio, a la ola, a las algas, al escollo; todo ensordece. Suplica a la tempestad; la tempestad, imperturbable, no obedece más que al infinito.

A su alrededor, la oscuridad, la bruma, la soledad, el tumulto tempestuoso e inconsciente, el repliegue indefinido de las aguas feroces. Dentro de sí, el horror y la fatiga. Debajo de él, el abismo sin un punto de apoyo. Imagina las aventuras tenebrosas del cadáver en medio de la sombra ilimitada. El frío sin fondo le paraliza. Sus manos se crispan, se cierran y apresan la nada. Vientos, nubarrones, torbellinos, estrellas inútiles. ¿Qué hacer? El desesperado se abandona; quien está cansado, toma el partido de morir, se deja llevar, se entrega a su suerte, y rueda para siempre en las lúgubres profundidades del abismo.

¡Oh, destino implacable de las sociedades humanas! ¡Pérdidas de hombres y de almas en vuestro camino! ¡Océano en el que cae todo lo que la ley deja caer! ¡Desaparición siniestra del socorro! ¡Oh, muerte moral!

El mar es la inexorable noche social donde la penalidad arroja a sus condenados. El mar es la miseria inmensa.

El alma, naufragando en este abismo, puede convertirse en un cadáver. ¿Quién la resucitará?



15/1/11

Los miserables II - Victor Hugo


Victor Hugo 
(Besançon, 1802 - Paris, 1885)


Les misérables (1862)
Texte en Français y Español


Français


L’été passa, puis l’automne ; l’hiver vint. Ni M. Leblanc ni la jeune fille n’avaient remis les pieds au Luxembourg. Marius n’avait plus qu’une pensée, revoir ce doux et adorable visage. Il cherchait toujours, il cherchait partout ; il ne trouvait rien. Ce n’était plus Marius le rêveur enthousiaste, l’homme résolu, ardent et ferme, le hardi de la destinée, le cerveau qui échafaudait avenir sur avenir, le jeune esprit encombré de plans, de projets, de fiertés, d’idées et de volontés ; c’était un chien perdu. Il tomba dans une tristesse noire. C’était fini ; le travail le rebutait, la promenade le fatiguait, la solitude l’ennuyait ; la vaste nature, si remplie autrefois de formes, de clartés, de voix, de conseils, de perspectives, d’horizons, d’enseignements, était maintenant vide devant lui. Il lui semblait que tout avait disparu.

Il pensait toujours, car il ne pouvait faire autrement ; mais il ne se plaisait plus dans ses pensées. A tout ce qu’elles lui proposaient tout bas sans cesse, il répondait dans l’ombre : A quoi bon ?

Il se faisait cent reproches. Pourquoi l’ai-je suivie ? J’étais si heureux rien que de la voir ! Elle me regardait ; est-ce que ce n’était pas immense ? Elle avait l’air de m’aimer. Est-ce que ce n’était pas tout ? J’ai voulu avoir quoi ? Il n’y a rien après cela. J’ai été absurde. C’est ma faute, etc., etc.


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Transcurrió el verano, después el otoño, y vino el invierno. Ni el señor Leblanc ni su hija habían vuelto a poner los pies en el Luxemburgo. Marius no tenía más que un pensamiento: volver a ver a aquel dulce y adorable rostro. Lo buscaba sin cesar, y por todas partes; pero no hallaba nada. Ya no era Marius el soñador entusiasta, el hombre resuelto, ardiente y firme, el arriesgado provocador del destino, el cerebro que engendraba porvenir sobre porvenir, el espíritu joven colmado de planes, de proyectos, de altivez, de ideas y de voluntad; era un perro perdido. Cayó en una negra tristeza. Era el fin. El trabajo le repugnaba, el paseo le fatigaba, la soledad le aburría; la vasta naturaleza, tan llena en otros tiempos de formas, de claridades, de voces, de consejos, de perspectivas, de horizontes y de enseñanzas, estaba ahora vacía ante él. Le parecía que todo había desaparecido.

Continuaba pensando, porque no podía hacer otra cosa; pero ya no encontraba placer en sus pensamientos. A todo lo que éstos le proponían en voz baja, sin cesar, respondía en la sombra: "¿Para qué me sirve?"

Se hacía cien reproches: "¿Por qué la he seguido? ¡Era tan feliz sólo con verla! Me miraba; ¿es que eso no es inmenso? Parecía que me amaba. ¿No era esto lo que podía yo desear? He querido algo más, ¿qué? Nada hay después de todo esto. He cometido un absurdo; mía es la culpa, etcétera."