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10/12/09

Canciones sin su música - Tomás Segovia


Canciones sin su música
Tomás Segovia (Valencia, 1927)

Porque te voy a ver tal vez mañana
y porque aún palpita aunque dolido el tiempo
por un instante pacto con mi historia
puedo al fin dar tu rostro a este abandono
poner mi nombre a aquél que desangraste
llamar mi vida a este naufragio
saber que fue todo verdad tu amor
y fue tu desamor verdad del todo
eras tú quien me alzaba de la sombra
y hecha sombra impensable eras tú quien me hería
confieso que te quise salvadora o maligna
mi esplendor o mi muerte eran tu ministerio
y yo te amaba en todos tus poderes
todo lo supe fue ese abismo el que quise
y hoy todavía para mí ya no hay mañana
sino por la violencia con que espero
por mi bien o mi mal volver a verte
una vez más una sola vez más
siempre una sola siempre
una misma vez más.



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18/4/09

Lluvia de una noche de verano

Lluvia estival 
Tomás Segovia (Valencia, 1927)


En la apartada noche ya sin nadie, 
tibia, agitada, leve cae la lluvia, 
sola para sí sola. 


Íntima bailarina por la noche, 
misteriosa, alocada, 
gime allá, vuela, ahoga aquí una risa, 
caprichosa musita, se interrumpe, 
juguetona, inquietante,
viene y va, calla, desde lejos torna 
con sonreídas lágrimas, 
va a decir algo que en suspiro muere. 


Y huyendo con susurros
y voces de sirena, 
deja en el aire un mórbido perfume
de amor difunto en punzante recuerdo,
y en el alma el errático, incurable, 
secreto amor de todas las derivas...


Más textos de Tomás Segovia aquí




Este poema es de aquellos que no destacan por su lirismo, ni por tener las palabras más bonitas o las rimas más perfectas, pero consigue recrear como ningún otro la atmósfera de la lluvia en una noche de verano. Es un poema suave, sin imponerte grandes emociones. En su lectura, es fácil fluir hacia tus propios recuerdos. En ellos, seguro que puedes encontrar algún ejemplo en el que la lluvia ha cambiado el curso de una noche. No suele dejarte indiferente la lluvia de verano, y más en la noche. En momentos de desesperación, puede darte la puntilla o puedes encontrar en ella la energía necesaria para cambiar el rumbo. Por el contrario en noches de armonía, es capaz de sembrar la melancolía o ser el único estímulo eficaz para transportarte al éxtasis. Incluso es capaz de helar una velada sensual o de tornarla en la más voluptuosa de todas, una lluvia de verano...